
Departamento de Psicología del Recinto de Río Piedras
*Este texto es una reseña del libro The Empire of Trauma: An Inquiry into the Condition of Victimhood by Didier Fassin and Richard Rechtman (2009), traducida por Rachel Gomme Princeton de Thomas Laqueur.
Laqueur presenta agudas interrogantes en torno a la generalización del significante trauma en nuestra contemporaneidad. Analiza como el mismo se encuentra vinculado con el significante víctima. Nos invita a seguirle la pista a tres nuevos campos profesionistas: la victimología psiquiátrica trabajada por Toulouse tras una explosión en una planta química en la cual se valida la condición de víctima y se produce un campo de intervención centrado en la reparación; la psiquiatría humanitaria la cual llama la atención sobre las causas de sufrimiento en los territorios ocupados sobre todo en Israel y la psico-traumatología del exilio en la cual se estudia la persecución de los refugiados que buscan asilo en un país inhóspito como Francia. Para el autor estas disciplina echan mano de este significante para producir una nueva antropología victimista con serias implicaciones políticas.
El autor plantea que para conocer el significante trauma, su uso generalizado en el social contemporáneo debe abordársele no desde la causalidad violencia=trauma ni desde la pregunta de si alguien es realmente una víctima de violencia y trauma sino desde la interrogante cómo se han producido los criterios que determinan quién decide, a quien se le adjudica la categoría víctima o no de modo generalizado como lo que hay que asumir en aras de caer en cuenta que la misma se encuentra vinculada con el concepto “gubernamentalidad” de Michel Foucault. Esto que este significante se encuentra atravesado por las maneras en que desde las disciplinas se determina y asigna quién puede o no puede reclamar los derechos del victimismo, tema central del libro de la reseña.
El texto recorre las diversas explicaciones en las que el significante trauma es abordado no como una realidad, secuela de la violencia, sino como una construcción de la que echan mano las diferentes disciplinas vinculadas a las áreas de la salud mental y cómo estos movimientos representan un cambio radical en el ‘significado antropológico’ de víctima: de un mundo en el que las víctimas eran sospechosas a uno en el que su sufrimiento, ya no impugnado, da testimonio de una experiencia que excita la simpatía y compensación.