Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras
Departamento de Psicología

Este documental constituye una denuncia de las formas de violencia que se desprende de la política del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump de “cero tolerancia” respecto a la inmigración y cómo ésta afecta directamente a miles de niños y jóvenes que llevan viviendo años en los Estados Unidos. Estos, aunque indocumentados, asisten a las escuelas, provienen de hogares cuyos padres y madres participan del mercado laboral y son trabajadores asalariados, que los cuidan y los protegen. Un buen día, quizás mientras corren bicicleta en la calle, son interceptados por patrulleros de inmigración, quienes les exigen documentación y al no poderla presentar, se los llevan detenidos a facilidades de detención para inmigrantes, separados de sus padres. El documental forma parte de la investigación asignada a los periodistas Blake Ellis, Melanie Hicken y Bob Ortega, por CNN. El mismo da cuenta de demandas incoadas por padres de niños inmigrantes, sobre detenciones ilegales a menores y refugios secretos (que no son los ‘fabulosos” que existen y que el gobierno de Trump muestra como ejemplos del buen trato) que están sobre cargados de población y en los que se producen agresiones, negligencia y otros abusos. El documental, que incluye entrevistas con abogados, niños y jóvenes que atraviesan la s experiencias de la detención y la separación, da voz a las críticas de personas que conocen lo que allí ocurre. Mientras el Lcdo. Holly Copper, director de la Clínica de Derecho de Inmigración de la Universidad de California, denuncia estos niveles de crueldad, las entrevistas con menores evidencian una travesía dantesca en la que el dolor de la separación los lleva a “portarse mal”. Esto es, a tratar de escaparse varias veces por lo que son ubicados en centro de detención como Shenaodah, centro especializado a donde van a para los inmigrantes más peligrosos. Allí son diagnosticados entre otros con ADHD, ansiedad y desordenes explosivos. Los menores denuncian como adultos mayores los agarran por la quijada, los esposan, lo señalan por las costillas con bolígrafos para obligarlos a hablar y le dejan marcas en sus brazos. Los refugios retienen también niños inmigrantes que huyeron de sus países por pertenecer a hogares maltratantes y son encerrados sin derecho alguno al ser capturados en territorio de Estados Unidos sin documentos. El documental denuncia igualmente centros que son operados como instituciones sin fines de lucro, como el South West Key Shelter, que en el 2016 recibió cerca de 1.5 millones para albergar niños indocumentados , descritos como deficientes. Se han identificado negligencias por falta de supervisión de niños que se auto mutilan, toman alcohol y que viven en espacios sumamente calurosos durante los meses de verano. En California y Arizona los refugios no reciben mucha supervisión, y existen denuncias de manejo médico inapropiado como, por ejemplo, dejar un niño con una fractura en la muñeca tres días sin atención médica.
En Virginia se ha denunciado que centros sin fines de lucro contratan personas sin la adecuada preparación. La gran mayoría de esos niños y jóvenes solos, son restringidos en esos refugios, pero cientos han sido desplazados a facilidades de mayor seguridad cuyas condiciones son peores. Estos lugares incluyen centros de tratamiento residenciales para pacientes psiquiátricos o que presentan problemas psicológicos o riesgo para ellos mismos o para la población. Niños y jóvenes informan haber sido hospitalizados en Shiloh, Texas donde recibieron inyecciones y fueron forzados a tomar lo que les dijeron eran “vitaminas” sin el consentimiento de sus padres. La evidencia en los expedientes de los menores dio cuenta que estaban siendo medicados con anti sicóticos y tranquilizantes.
Se trata de un documental que evidencia cómo la rama ejecutiva, judicial y legislativa de los Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, van produciendo una violencia atroz hacia menores y familias de inmigrantes.