
Departamento de Sociología y Antropología Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras; Bayamón
Asistimos a una generalización e intensificación de la precariedad como forma de vida y de trabajo producida por el régimen de regulación contemporáne. La precariedad adviene como un poder por el cual somos gobernados y controlados. En Estado de inseguridad. Gobernar la precariedad, Isabell Lorey nos plantea que la precariedad se presenta como un principio que organiza el proceso por el cual somos gobernados. La precariedad es un poder que dispone y gestiona la vida de amplias poblaciones. Para la autora, la precariedad da nombre a nuevas formas de poder y de explotación.
La precariedad se caracteriza por unas condiciones de trabajo y de vida que atentan y laceran aspectos fundamentales de la vida misma. En el ámbito de trabajo asistimos a formas de individualización de empleo, a la generalización de la temporalidad de los contratos de trabajo, el desempleo, aumento de la flexibilidad en el trabajo, la eliminación de las protecciones y garantías legales, la eliminación de las protecciones de los sindicatos, inseguridad en el ingreso económico, trabajo sin garantías en las condiciones de trabajo, retribución salarial que no permite cubrir las necesidades generales o básicas, así como, extensión del trabajo que aumenta la jornada de trabajo y vulnerabilidad en relación a las imbricaciones de poder que produce la inestabilidad económica.
La precariedad produce mayor pobreza y desigualdad social. Aumenta la pobreza a nivel mundial, se amplían los sectores en el umbral de la marginación social, los sectores trabajadores son expulsados, aumenta el costo de vida, el Estado social o benefactor se desmantela, los servicios sociales como la salud y la educación se privatizan, aumentan los impuestos al tiempo que disminuye el salario y los derechos de los trabajadores, se ponen en riesgo los fondos de retiros y de seguridad social, y aumenta la deuda pública y privada. Las condiciones de vida se deterioran.
La precariedad se generaliza. La precariedad constituye la norma no la excepción. Abarca la totalidad de la existencia y la vida misma. Todo lo que produjo seguridad adviene incierto. Incertidumbre en relación a las instituciones, a los objetivos y a las referencias que van desapareciendo y transformándose. La incertidumbre se generaliza y con ello, la inseguridad y la vulnerabilidad. La vida, el modo de vida, el trabajo, la propiedad, están bajo amenaza. Se intensifica la idea de que existe una amenaza exterior –inmigrante, refugiado, virus, bacterias, criminales.
Isabell Lorey plantea tres dimensiones de la precariedad. Una, la inseguridad y vulnerabilidad; otra, la incertidumbre y amenaza; y, la protección, inmunización política y social contra aquello reconocido como amenaza. La precarización articula unas relaciones sociales en las que desaparecen los lazos sociales, las formas de encuentro y de vida, lo colectivo, lo común, la comunidad, la solidaridad, devienen precario. Las formas de explotación son mayores, lo que dificulta organizar intereses colectivos y comunes. Las formas de vida y de trabajo que se producen son más individualistas, aisladas , lo cual crea nuevas formas de explotación, nuevas subjetividades y con ello nuevos terrenos de disputas. Para Lorey, el dominio actual de la sociedad no se tramita vía la seguridad sino a través de la inseguridad. Lo precario, lo inmune, la inseguridad y la protección se colocan cada vez menos en una relación de contraposición, y más en el ámbito de lo regulado .
Para la autora, al asumir la condición precaria, y si todos somos potencialmente amenazados, todo cuerpo es precario. Surge la inmunización, la protección de la vida y de la propiedad ante lo que la vulnerara, ante lo peligroso, ante el Otro. No se reconoce la vida del Otro. Lo cual produce ciertas paradojas en tanto la condición precaria nos expone a los demás, nos hace dependientes de los demás, la posibilidad de unos dependerá de las redes sociales. Paradoja en tanto esta vulnerabilidad que produce dependencia, también produce violencia hacia lo que constituye lo exterior. Produce subjetividades y distintos posicionamientos sociales en la inseguridad. La precariedad, propuesta por la autora, es una categoría que ordena y que designa los efectos sociales, políticos y jurídicos de una condición precaria generalizada.
Por último, la autora propone entender la precariedad problematizando las complejas interacciones de un instrumento de gobierno con las relaciones económicas de explotación y los modos de subjetivación.