Departamento de Ciencias Sociales
Universidad de Puerto Rico, Recinto de Arecibo
Conferencia en torno a los argumentos centrales de La fábrica del hombre endeudado. Ensayo sobre la condición neoliberal (Amorrortu, 2013). En este libro, Maurizio Lazzarato presenta la relación acreedor/deudor como el eje en torno al cual se produce la transformación de la gobernancia capitalista. Por un lado, el poder del acreedor; es decir, la capacidad de transformar el dinero en deuda y, por el otro, la transformación de la deuda en propiedad, constituye el mecanismo de captura – de expropiación y apropiación – de la sociedad en general (no solo del trabajo, sino del conjunto de las relaciones sociales, de la subjetividad, de los saberes, de la riqueza, etc.). A través de la deuda, es la vida misma del deudor; su existencia y su estilo de vida, lo que deviene objeto de captura. Partiendo de algunos de los planteamientos de Nietzsche en torno a la deuda, Lazzarato concluye que la economía parece devenir nietzscheana en tanto el origen de la medida y de la equivalencia (de la evaluación, de la comparación y el cálculo) no hay que buscarlo ya en el intercambio económico o en el trabajo, sino en la deuda o, si queremos, en el cálculo de las garantías de reembolso lo cual implica una evaluación moral de la capacidad de un hombre a mantener su promesa. La deuda es una promesa de pago así como un activo financiero es la promesa de un valor futuro. La finanza debe entonces objetivar el futuro para disponer de él por adelantado. Esto es decir que la deuda neutraliza el tiempo y lo vuelve objeto de expropiación/apropiación capitalista. De modo que, actualmente, la violencia de la economía no es sólo en el sentido de que a través de la deuda el capital puede apropiarse, ya no sólo de las capacidades físicas e intelectuales del sujeto, sino de sus fuerzas sociales y existenciales; sino que constituye también una violencia sobre la dimensión del tiempo.
Puesto que la Bolsa, la finanza y la deuda operan una transformación del dinero en capital; es decir, en poder de destrucción/creación, en el capitalismo, el mismo dinero expresa dos flujos con potenciales diferentes: la moneda como poder de compra (salario/ingreso) y la moneda como poder de prescripción, ordenamiento y posibilidad (el dinero como capital ). Esta cualidad del dinero como capital es la que introduce la dimensión temporal, pues opera sobre lo posible y su actualización; y porque constituye un poder de destrucción/creación que anticipa lo que aún no es. La materia del dinero como capital es el tiempo, pero no tanto ya el tiempo de trabajo como el tiempo en tanto posibilidad de elección y de decisión. Este trabajo de Lazzarato guarda relevancia con mi investigación ya que abona a la comprensión de las mutaciones que se han producido en nuestra relación con el tiempo y me permite complejizar la discusión en torno a la relación entre violencia y poshistoria.