
Profesora jubilada, UPR, Río Piedras
Facultad de Estudios Generales
Departamento de Ciencias Sociales
En la prisión, el biopoder se manifiesta en sus dimensiones más excesivas y se justifica como poder moral. Los habitantes de las cárceles nos parecen silenciosos, su soledad es la distancia misma del cuerpo de la palabra, del otro cuerpo. Allí donde no había papel, lápiz o libros, surgió como cuestión excepcional un programa de educación universitaria.
El proyecto piloto se gestó en el año 2014, una iniciativa para mujeres confinadas en el Centro de Rehabilitación de Vega Alta, Puerto Rico. Aunque dio continuidad a esfuerzos similares en años anteriores, profesionales ofreciendo conferencias y talleres con el fin de contribuir a la rehabilitación de las personas confinadas, en esta ocasión se trató de un esfuerzo conjunto entre la Universidad de Puerto Rico y el Departamento de Corrección y Rehabilitación al que se unió la Facultad de Estudios Generales, el Decanato de Asuntos Académicos y la Oficina del Rector, Recinto de Río Piedras, para expandir esa oferta a mujeres confinadas. Se nos convocó a desarrollar cursos de ciencias sociales y lenguas en el nivel universitario. Su enseñanza estaría a cargo de un grupo de profesores y profesoras de la Facultad de Estudios Generales, quienes evaluarían a las estudiantes y harían recomendaciones para la ampliación de los cursos de bachillerato. En poco tiempo, el proyecto se enlazó con otro existente en la cárcel de hombres en Bayamón. Dos profesoras adscritas al Instituto de Violencia y Complejidad participamos como voluntarias, Marlene Duprey Colón y yo, María Isabel Quiñones.
En los próximos años, el programa de estudios se expandió bajo la coordinación de la profesora Edna Benítez, gesta que hizo posible que 12 estudiantes—8 hombres y 4 mujeres—obtuvieran el grado de bachillerato universitario el pasado 30 de junio de 2022. A pesar del confinamiento obligatorio, las carencias del entorno, una universidad en austeridad, la pandemia y el estigma social perseveraron, cultivando el conocimiento y transformando sus vidas. En el día de su graduación, Camilo Aranfo Latorres afirmó que la criminalidad no era un problema de seguridad sino de educación. “Se han gastado millones y millones de dólares en seguridad. Que si chalecos para la policía, que si botas para policías. Se ha catalogado la criminalidad como una crisis de valores, y en realidad, la solución está en la educación.”
En la actividad de reconocimiento previa a la graduación celebrada el 1ero de junio, la graduanda Ilka Ivelys Cruz Rosario ofreció un discurso conmovedor de sus experiencias, el cual finalizó con una exhortación: “Que se rompan los estereotipos que la sociedad tiene de las mujeres confinadas, que sepan que cualquiera puede cometer un error y todas tenemos derecho a una educación legítima, libre de sexismo, que nos permita rehabilitarnos.” Ilka Ivelys completó una concentración en estudios de la mujer y el género como parte de su grado de bachillerato.
En el primer enlace podrán leer uno de los reportajes de la graduación celebrada el 30 de junio de 2022. En el segundo enlace, el discurso completo de Ilka Ivelys Cruz Rosario con motivo de la actividad de reconocimiento a la primera clase graduanda del Programa de Estudios Universitarios, Facultad de Estudios Generales, Universidad de Puerto Rico, Río Piedras, celebrada el 1ero de junio de 2022.