Simon Parkin
Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, Facultad de Estudios Generales
En ese artículo de investigación, el autor ofrece un interesante análisis de videos y clips diseminados por el Ejército Islámico con el propósito de reclutar voluntarios y ganar adeptos para su lucha. El ejemplo lo ofrece un clip donde aparecen seis niños armados en busca de cautivos en una estructura en ruinas, cada uno captado en diversos ángulos por varias cámaras. Cuando divisa su blanco, el niño hace un pausa para halar el gatillo y dispara. Aunque la violencia se asocia con Isis y otros grupos terroristas, la estética de la producción es similar a la que exhiben las películas de Hollywood, los juegos de videos y series televisivas, entre otros. La captación de los movimientos, la relación de intimidad con el perpetrador de la violencia, el ritmo y los efectos especiales, pertenecen al lenguaje de la cultura popular occidental. El autor ofrece como ejemplos las tramas de las películas como Hunger Games, las estrategias de asedio y eliminación de los targets en juegos de videos como Call of Duty y las grabaciones de ejercicios militares en Afganistán e Irak. ISIS recrea los elementos más sofisticados de los films exitosos en Hollywood, recurre a las estrategias de los medios– el escándalo, la indignación, el intimismo pornográfico—y envía un mensaje a una audiencia inmersa en la producción y circulación de sus propias creaciones. En las palabras del autor: “Isis’s cinematic flair is not designed merely to shock. It is also designed to portray the group as powerful, competent, and, most importantly, able to speak to a global audience directly, unimpeded and in a familiar language- be it accented English, or an action flick.”