Facultad de Estudios Generales, Español
Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras

El último trabajo de Maurizio Lazzarato, El capitalismo odia a todo el mundo: revolución y fascismo gira en torno a los profundos cambios que acontecieron a partir de la derrota del movimiento del 1968, una derrota tanto política como teórica, y de las revoluciones desatadas en América del Sur, principalmente Chile. Como él mismo ha señalado, “es imposible entender los cambios en el funcionamiento del capitalismo, su versión neoliberal, el surgimiento de nuevas formas de fascismo, sin tematizar las victorias y las derrotas del siglo XX, ya que son los triunfos en la guerra de clase, los que abrieron la posibilidad a estas trasformaciones.” Lazzarato cree que el pensamiento político post 1968 perdió de perspectiva la importancia de la revolución y la guerra en sus reflexiones sobre el poder y el capitalismo. Aun cuando muchas de sus aportaciones teóricas han tenido gran difusión y aplicación (como son los conceptos desarrollados por Foucault de biopoder, bio política y gubernamentalidad, ampliamente discutidos por Lazzarato) estos presentan límites respecto al análisis del poder destructivo del capital, a través de su “máquina de guerra”, y la persistencia de la lucha de clases; una lucha que él visualiza como plural y distinta porque ya no gira exclusivamente en torno al trabajo. Por tanto, no pueden dar cuenta de la escena contemporánea.
En claro diálogo con muchos de sus contemporáneos (Foucault, Deleuze y Guattari, Agambem, Esposito y Hardt y Negri, entre otros), Lazzarato investiga la importancia que adquirió la “guerra contra la población” como estrategia para contrarrestar las subjetividades que se fraguaron a raíz de las luchas en los países de Tercer Mundo, reacias a asumir los imperativos neoliberales. Esta misma estrategia se extendió tanto a EE.UU. como a Europa como hemos podido observar en los primeros días de junio de 2020. Solo a través del despliegue de “la máquina de la guerra del capital”, por un lado, y por otro, de la “estrategia de la deuda”, podía el capital contemporáneo compensar las pérdidas que experimentó a partir de las luchas anticoloniales y crear una subjetividad más afín con los nuevos desarrollos del capital financiero. Lazzarato, sin embargo, termina su trabajo discutiendo la importancia que adquirió la diferencia entre el “devenir revolucionario” y la “revolución” en el pensamiento del 1968 (Deleuze), un binomio comparable al de “emancipación” y “revolución”, y sus límites. Solo a partir de una ruptura revolucionaria podría contrarrestarse el avance del recrudecimiento de las fuerzas del capital. Ese es el trabajo pendiente que les tocaría a aquellxs que se den a la tarea de repensar el presente.
He acompañado esta reseña con una entrevista que le realizaron a Lazzarato a raíz de la publicación de su libro en abril de 2020. En esta, se explican muchos de los debates que le ocupan. Lazzarato también actualiza algunas de las reflexiones que se desprenden del libro a partir de la crisis de la pandemia del Covid 19 y su relación con este nuevo estadio del capital (Estas observaciones fueron recogidas en el ensayo “! Es el capitalismo, estúpido!”, en la colección Capitalismo y pandemia)
Finalmente, por su relación con una manifestación de la “guerra” poco estudiada (lo que Lazzarato llama la “guerra civil contra la población”) y por su pertinencia para la comprensión tanto de los eventos que se desataron en el verano 2019 en Puerto Rico como los que acontecieron en EE.UU. a raíz de la muerte de George Floyd en Minneapolis, y las manifestaciones multitudinarias que han ocupado las noticias durante los primeros días de junio de 2020, el libro de Lazzarato ofrece una perspectiva importante. Expresa la urgencia de examinar el recrudecimiento de la “guerra civil contra la población” en el contexto más amplio de la expansión del capital financiero y del neofascismo.
Nota: Este trabajo parece ser la continuación que Éric Allez y Maurizio Lazzarato prometen en la primera sección de su libro Guerras y capital . En este, los escritores afirman: “Nos proponemos repetir la investigación sobre la extraña revolución del 68 y sobre sus desarrollos, donde el tren de «la» contra-revolución oculta muchos otros: toda una multiplicidad de contra-revoluciones en forma de restauraciones.” (“Post Scriptum”)