Aportación de la Dra. Lizandra Torres
Universidad de Puerto Rico, Recinto de Cayey
Ross cuestiona la manera como las personas utilizan las redes sociales y envían mensajes que se traducen en linchamientos morales, ya sea avergonzando, dañando la reputación o no dando espacio para que se diluciden asuntos que de primera mano pareciera que son éticamente cuestionables. La desinformación y envío premeditado de videos, escritos, fotografías, impacta la opinión pública y podría dañar la reputación de personas y grupos. Reflexiona como ella, en la década de los setenta, una joven feminista negra, acentuaba el privilegio de las feministas blancas, evitando analizar qué era ser una mujer blanca en un sistema de supremacía blanca. Nos invita a pensar en el problema de los binarismos si aspiramos a promover la justicia social. Expone varias experiencias de vida para evidenciar que ella también fue promotora de prejuicios pensando que estaba en lo correcto.
A través de su análisis nos permite entender el poder de las redes sociales y como pueden ser utilizadas para dañar la imagen pública de personas que cometen errores o se apartan de las reglas sin brindar un espacio para aclarar los hechos y por lo que sucedieron. Nos remite al problema de la generalización y partir del entendido de que todos los sujetos son iguales y reaccionan de la misma manera ante situaciones conflictivas. Hace un análisis introspectivo de sus experiencias en la militancia feminista y los errores que en el proceso cometió, expresando que eso la alejaba de la justicia social que tanto deseaba promover. Reflexiona sobre como a través de su contacto con personas diferentes a ella, en su práctica como consejera, comenzó a descubrir que la realidad es mucho mas compleja de lo que aparenta. Como sobreviviente de incesto y crímenes de odio, la experiencia profesional la obligó a cuestionar sus propios esquemas y reconocer que no todos los hombres son potencialmente violadores ni que todas las personas blancas son fanáticas de Trump. Nos convoca a que dejemos de utilizar el activismo como espacio de terapia personal y nos propongamos a mirar lo que no se vé a simple vista.