Género y diversidad sexual: retos en tiempos de fundamentalismos

Departamento de Ciencias Sociales
Universidad de Puerto Rico, Recinto de Bayamón

En su discurso inaugural del 2012, el presidente Barack Obama hizo un anuncio trascendental sobre cómo su pensar sobre el matrimonio igualitario y la orientación sexual habían cambiado hacia uno de mayor aceptación de la diversidad sexual. A tenor con su pronunciamiento, en los próximos cuatro años, se cambiaron las políticas del Departamento de Educación y del Departamento de Servicios de Salud y Servicios Humanos (HHS por sus siglas en inglés) para reconocer cuerpos e identidades no binarias así como sexualidades diversas. Las nuevas políticas públicas incluyeron permitir que les estudiantes pudieran vestir de acuerdo a su identidad de género, que tuvieran acceso al baño, y otras medidas dirigidas a protegerles del acoso escolar, la violencia sexual y el desamparo. 

En Puerto Rico, también se abrieron espacios de inclusión en esos años, algunos de ellos impulsados por el requerimiento de cumplir con las políticas del Gobierno Federal para tener acceso a sus dineros. Los movimientos sociales en Puerto Rico se movilizaron para aprovechar esos nuevos lugares de incidencia y ampliarlos. Varios fueron los resultados de ese activismo. La legislatura aprobó la Ley 22 del 2013 para prohibir el discrimen por orientación sexual o identidad de género en el empleo. Luego vino la decisión del Tribunal Supremo de EEUU en Obergefell v Hodges en junio de 2015 que permitió el matrimonio de personas del mismo sexo. En agosto de ese mismo año el gobernador García Padilla aprobó órdenes ejecutivas para permitir a las personas transgénero y transexuales cambiar el género en sus licencias de conducir y proteger sus derechos al momento de buscar servicios médicos.En diciembre de 2015, el Tribunal de Primera Instancia de San Juan avaló la primera adopción por una pareja de dos mujeres. Parecía que al decir de la jurista Ruth Bader Ginsberg (2013), los cambios en la sociedad abrieron los ojos de las Cortes reflejando el clima de otra era más inclusiva. 

No obstante, en los pasados dos años, se han echado hacia atrás varias políticas de inclusión ganadas en los pasados años lo que obliga a los movimientos sociales a pensar en nuevas estrategias. El auge de los fundamentalismos nos hace conscientes del poder y la violencia de las políticas que apoyan la misoginia, la homofobia y la transfobia en muchos escenarios en Puerto Rico y en el mundo. 

Los enlaces que ofrecemos aquí nos ayudan a pensar en los caminos transcurridos y en los retos del presente.

1. Tres ensayos de Ana Irma Rivera Lassén analizan la trayectoria de las decisiones de los tribunales de Puerto Rico y EEUU ante los derechos de las mujeres y las personas LGBTTI

c. Rivera-Lassén, Ana Irma. El miedo es un espejismo que se reproduce en el espejo del fanatismo fundamentalista: Historias en la lucha de las personas LGBTTI por la inclusión, En LGBT 101: Una mirada introductoria. Editado por Miguel Vázquez-Rivera, Alfonso Martínez-Taboas, Margarita Francia-Martínez, José Toro-Alfonso. San Juan: Publicaciones Puertorriqueñas, 2016 (No esta el articulo)

2. La entrevista a Ruth Bader Ginsberg y el comentario de la periodista Irin Carmon, co-autora de Notorious RBG: The Life and Times of Ruth Bader Ginsburg nos invitan a pensar en cómo llegamos al presente y la influencia de los cambios sociales en las decisiones de las Cortes de EEUU sobre la equidad de raza y género

3. Dos políticas en Puerto Rico y EEUU que representan un retroceso al reconocimiento de la diversidad sexual. 

 5. Desafiante transición desde los 15 años – Christopher acude al Registro Demográfico a hacer el cambio en su documento de identidad y narra las crueldades a las que se enfrentó en la escuela al revelar que es transgénero

6. The Story of Jazz,una joven transgénero en EE.UU. 

7. Vista de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre los derechos humanos de las personas intersexuales en las Américas

8. Ann Fausto-Sterling, profesora distinguida y experta en biología y desarrollo del género discute el proceso de desarrollo del sexo biológico y evidencia que el sexo biológico no es binario. Nos ayuda a entender cómo las diferencia culturales se convierten en diferencias corporales. 

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