
Facultad de Ciencias Sociales
Departamento de Sociología y Antropología Universidad de Puerto Rico, Recinto en Río Piedras
La perspectiva global a la hora de reflexionar sobre la violencia y la criminalidad contemporánea se hace cada vez más urgente. En el informe de las Naciones Unidas, Crimen organizado y globalización financiera, se reconoce que hay una imbricación cada vez más estrecha entre el crimen organizado y la globalización financiera:
La “reestructuración” de la economía, el comercio y las finanzas en un mundo dominado por el neoliberalismo ha provocado la globalización del crimen. Mientras los sistemas estatales se desmoronan bajo el peso de la crisis financiera, el crimen organizado comienza a jugar un papel dominante en la economía y la política de los estados, a la vez que aprovecha la desregulación del sistema financiero internacional para “lavar” su dinero mal habido. El crimen se ha transformado, de esa forma, en parte integrante del sistema económico internacional, con trascendentales consecuencias sociales, económicas y geopolíticas.
Si bien el vínculo entre los sectores de poder político y económico y el crimen organizado ha sido uno de carácter histórico, esta imbricación se extiende y se profundiza aún más en el contexto del neoliberalismo, las crisis económicas y el problema de la deuda. Como ha sido denunciado desde al menos el 2009, mucha de la banca internacional ha sido literalmente salvada por la inyección de capitales que le proveen los sectores ilegales del capital. La línea divisoria entre los sectores legales del capital y el crimen organizado se desdibuja cada vez mas y ante la ausencia de liquidez que acompaña el problema de la deuda, el lavado de dinero del narcotrafico opera como fuente de liquidez y como fuente de pago para los acreedores.
Como es planteado en este documento, mientras la prensa y los medios noticiosos destacan las luchas por el control de los puntos de drogas y las masacres callejeras, las transacciones del crimen organizado (los eslabones más altos de la cadena) pasan desapercibidas, son naturalizadas o bien no se reconocen como parte del problema de la violencia y de la criminalidad.
Cada vez que se suscita una nueva masacre en los vecindarios pobres de nuestro país es imperioso tener en cuenta que éstos son los rostros más visibles y estimatizados de un poder que los y nos desborda: el capital financiero mundial. La pregunta es ¿cuántas vidas perdidas y cuánta más sangre tiene que derramarse antes de que apuntemos hacia el principal responsable de todo este exterminio? He aquí la dimensión profundamente política del problema de la criminalidad contemporánea. Y este también es el mejor ejemplo de lo que es la complejidad. Complexus, todo está entretejido y junto.