Extraños llamados a la puerta por Zygmunt Bauman

Departamento de Sociología y Antropología Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras; Bayamón

La migración es un fenómeno que ha cobrado centralidad en el debate contemporáneo, fundamentalmente en el político. Para Zygmunt Bauman, en Extraños llamando a la puerta, este fenómeno social es muy complejo. Por un lado, se produce como parte de las necesidades globales del capitalismo, como efecto también del aumento en la desigualdad económica y la disparidad entre ricos y pobres, por las hambrunas, las guerras tribales y sectarias en algunas regiones.  Así como también, por las guerras y la brutalidad que producen éstas, por la profunda desestabilización de algunos países del medio Oriente.

Por otro lado, activa unas prácticas sociales, como efecto de lo que Bauman denomina un pánico migratorio. Efecto que se instala en sectores sociales predominantemente asumidos como víctimas de las transformaciones económicas del capitalismo y del abandono del Estado de Bienestar.  Así como también, produce efectos políticos que responden -a la vez que lo sostienen- con políticas de exclusión y marginación a los migrantes, como estrategia para mantener la legitimación del poder político.   

Bauman analiza los efectos sociales que produce el pánico migratorio.  Advierte que al intensificarse la idea de que adviene una amenaza al bienestar que apenas disfrutan o que tuvieron, algunos sectores de la sociedad, se generaliza el resentimiento social, las prácticas xenofóbicas, racistas y nacionalistas.

Por un lado, la migración produce una mano de obra barata, la diversidad de cualificaciones puede ser necesaria para el mercado de trabajo, pero por otro lado, esa mano de obra constituye competencia laboral fundamentalmente para los sectores sociales en mayor precariedad laboral, sectores sociales que se han proletarizado y se ubican en la marginación social.  Al decir de Bauman, la entrada de sectores migrantes a determinados Estados, aumenta la incertidumbre, se generaliza la creencia de que las condiciones, no solo laborales, sino también sociales, no solo no mejorarán, sino que crearán mayor exclusión y despojo de las necesidades básicas.  Estos sectores sociales se han victimizado en la medida en que sus condiciones de vida se han vuelto tan precarias, que se activa el resentimiento social contra todo lo que represente un menoscabo a sus condiciones de vida.

Al decir de Bauman en Extraños llamando a la puerta, la vida de muchos sectores, “sometidos al sufrimiento, la degradación y la ignomia en medio de una sociedad empeñada en marginarlas al tiempo que alardea de unas comodidades y una opulencia esplendorosas y sin precedentes”, esa vida en la marginación, produce tal resentimiento social que, con la llegada de inmigrantes, se articula paradojalmente, un reivindicación de la dignidad y exclusión perdida  -de estos sectores sociales- y un desplazamiento del odio y resentimiento de éstos hacia los inmigrantes.  Bauman lo analiza al decir, también sobre el racismo de sectores blancos sobre sectores negros en EEUU, “que lo que salvó a la llamada white trash de los estados sureños de Estados Unidos de sufrir las condiciones extremas de un auto odio insoportable y suicida fue la presencia de grupos negros viviendo en condiciones infrahumanas privados incluso del único privilegio al que aquella white trash sí tenía derecho: su piel blanca”.  Los grupos inmigrantes advienen como aquellos grupos que están más abajo que los marginados o que los precariados emergentes.

En Extraños llamando a la puerta, Bauman examina el fenómeno en los inmigrantes que escapan de las guerras y conflictos en sus países de origen. Los refugiados, como un más allá de los inmigrantes.  Para Bauman, los refugiados advienen como los extraños. Una categoría distinta a la del enemigo.  Sobre el enemigo se conoce, se define, se establecen estrategias. Al extraño no se le conoce.  Por lo que no se puede predecir, ni controlar.  La presencia del inmigrante, refugiado o no, aumenta la inseguridad ciudadana, generaliza el miedo.  Lo que produce que se sentencie con la frase “todos los terroristas son migrantes”. Pero también, como nos plantea Bauman, el miedo o pánico a los inmigrantes, produce la adiaforización.  Esto es, que produce que estos grupos victimizados, resentidos, marginados y en precarización, se sustraigan de responsabilidad o evaluación moral de todo lo que les ocurra a los migrantes.  Ya sea, la denegación de la entrada al país, el procesamiento judicial, la política del estado de excepción, la denegación de los servicios básicos para sobrevivencia, así como la muerte, no constituyen objeto de deber ciudadano ni humano.  Esto, porque como muy bien apunta Bauman, la categoría inmigrante pasa a ocupar un lugar estigmatizado, demonizado, criminalizado.  Se produce una disonancia cognitiva, en la que unos se sitúan moralmente en el nosotros, y sitúan al inmigrante como el ellos.  Lo que permite sacar a los inmigrantes de la responsabilidad moral del nosotros, porque son ubicados como poblaciones indignas, grupos demonizados, vidas  deshumanizadas.  La deshumanización del inmigrante allana el camino para la disonancia cognitiva.  Ese dominio de los sectores sociales resentidos, que les permite demandar y legitimar políticas que atentan contra las condiciones de vida de los inmigrantes -y que sectores políticos aprovechan para legitimar su poder-.  La disonancia cognitiva que legitima el despojo de derechos, de vida digna, de condición humana, de protecciones legales, de todo inmigrante cuya actuación, cuya existencia misma, cuyo movimiento, atente contra la seguridad real o imaginaria de quienes se sitúan como el nosotros.  De quienes se posicionan en el pánico migratorio, de quienes articulan el miedo a lo desconocido, las víctimas que han recreado a sus victimarios.  Víctimas que asumen que esos migrantes, esos otros, esos ellos, son quienes causan su mal y profundizan su miseria.

Extraños llamando a la puerta hace un análisis sobre los efectos de la migración en tiempos de inseguridad generalizada.  Provoca una reflexión ética sobre los efectos humanos en esa relación paradojal y tensa entre lo económico y político en lo contemporáneo.

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