Los niños y los conflictos armados. Informe del Secretario General

Asamblea General. Consejo de Seguridad

Facultad de Estudios Generales, Departamento de Español
Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras

El Informe anual sobre las condiciones de los niños en áreas en las cuales ocurren conflictos armados, presentado por el Secretario General de la ONU, constituye una pieza importante para entender el actual panorama bélico. Junto a otros textos presentados en esta sección, el documento confirma, con datos precisos, la informalización de la guerra de la que habla Rita Laura Segato en su trabajo “Las nuevas formas de la guerra y el cuerpo de la mujeres”; es decir, la creciente desestatalización de estos escenarios en la que las facciones en conflicto, en muchos casos, no responden a ningún gobierno, no acatan los convenios internacionales ni respetan la diferenciación entre combatientes y no combatientes. Por esta razón, tanto las mujeres como los niños son objetos recurrentes de ataques, raptos, violaciones, mutilaciones, matrimonios forzados entre otros daños .de parte de grupos armados estatales y no estatales.

La complejidad de muchos de los escenarios descritos en este informe ya nos augura la dificultad que experimenta la organización al tratar de erradicar el uso de niñxs en la guerra para actividades vinculadas directamente al combate como otras tales como cargar mercancías, servir de escoltas, cocinar, fungir de espías, trabajar en puestos de control, y realizar atentados suicidas. Un dato importante que apunta a esa complejidad es la naturaleza transnacional de muchos de los conflictos  (Nigeria, República Democrática del Congo y Ruanda, entre otros),  reseñada en otros ensayos de esta sección (Munkler) , que dificultan aún más la identificación de lxs niñxs y su eficaz incorporación a sus sociedades de origen. Por tal razón, el informe insiste  en la importancia de acatar el Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la participación de niños en los conflictos armados, también incluido en el Observatorio, para garantizar no solo la prohibición de incorporar niñxs a la guerra sino la necesidad de reintegrarlos a la vida civil a través de programas de rehabilitación. Este gesto supone buscar formas alternas a la detención,  al aislamiento y/o encarcelamiento a que se ven expuestos los menores en muchos países. Todos estos aspectos están encaminados a reconocerlos como víctimas de estas circunstancias, necesitados de protección especial por los gobiernos o grupos en conflicto, y “de conformidad con los principios internacionales de justicia para menores” (14). Finalmente, es evidente que la tarea de proteger a lxs niñxs de estos escenarios por los efectos devastadores que operan sobre la niñez parece inconmensurable pero no por eso deja de ser menos necesaria.

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