Escuela de Salud Pública
Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ciencias Médicas

Este artículo publicado en el Centro de Periodismo Investigativo reseña las presentaciones en un Foro llamado; La adopción por parejas del mismo sexo y los derechos de sus hijas e hijos, celebrado en el Colegio de Abogados y Abogadas en marzo del 2013. El autor además presenta importantes planteamientos teóricos que sostienen la naturaleza violenta de las expresiones de los jueces del Tribunal Supremo que apoyaron la negación de los derechos a adopción de niños y niñas por sus madres y padres en parejas homoparentales. El autor menciona los textos de la autora Judith Butler, quien Joel Cintrón Arbacetti, cita de la presentación del Licenciado Efrén Rivera:
“…según Rivera, “se utilizó el sexo como criterio para decir cuál es el efecto de la adopción”. Y esto se confirma en el hecho de que, cuando se trata de personas de distinto sexo, no se rompe el vínculo con la madre biológica, pero cuando son del mismo sexo se rompe ese lazo que es, precisamente, lo que querían mantener las dos madres con la adopción de la menor. Por lo tanto, “es discrimen por sexo puro y duro”, argumentó el profesor.
Cintrón Arbacetti argumenta que según la Dra. Judith Butler, reconocida académica e investigadora de la Universidad de Berkeley en California, el sexo y el género son diferentes. Para esta autora, quien debate en torno a cómo el “género (hombre/mujer) no es algo natural o algo con lo que se nace, sino que las maneras de ser hombre o mujer se aprenden durante el desarrollo de la persona en una sociedad que tiene unas reglas específicas.” Por tanto la definición rígidamente binaria de género y sus adscripciones a funciones de crianza y de familia resultan en la estigma y exposición a daño diferenciado a sus hijos e hijas.
El autor reseña que la decisión (5 a 4) en contra del derecho a la adopción por parejas homoparentales proviene de una confusión o falta de conocimiento de estos jueces sobre lo que es sexo, género y orientación sexual, al igual por un fuerte sesgo religioso fundamentalista que impera en los miembros de mayoría en el tribunal. Este sesgo se ejemplifica en la cita de la decisión en el caso Ex Parte A.A.R., expresada por el juez y pastor Erick Koltoff y leída por la Licenciada Judith Berkan en el foro:
“el juez, citando a la Biblia y en alusión al caso de adopción por parejas del mismo sexo, dijo que: ‘En ocasiones hemos cambiado el cause natural de un río para luego sufrir su justa venganza. Hubiera sido mejor detenernos reflexivamente en su ribera y aceptar la sabiduría de la creación”.
El artículo explica la posición del Licenciado Efrén Rivera quien compara el caso Ex Parte A.A.R. con Loving Vs Virginia,
En ese caso, un hombre blanco y una mujer de ascendencia afroamericana e indígena, se casaron en Virginia. Los condenaron a un año de prisión más los exiliaron del estado por 25 años, por una ley que prohibía el casamiento entre una persona blanca y otra persona no blanca. La defensa del estado era que en estos casos no había discrimen por razón de raza porque se castigaba igual a negros y a blancos que se casasen entre sí. En ese caso, el Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazó dicha interpretación. En el caso en Puerto Rico los jueces de mayoría del Tribunal Supremo, en vez de la raza, usaron el sexo como criterio para emitir su opinión, según el análisis del profesor Rivera.
Este artículo expresa de forma contundente lo inconfundiblemente violenta que puede ser una decisión del Tribunal de máxima instancia en Puerto Rico. Incluye, además las formas en que el discurso de exclusión social y de violencia estructural que se presenta desde las instituciones religiosas fundamentalistas se apoderan del “brazo de la justicia” para adelantar sus agendas de virulencia contra las comunidades LGBT y de sus hijos e hijas.